Todos queremos un cambio, pero no queremos cambiar. Esto es una contradicción que congela todo proceso y detiene cualquier avance, para solucionar la situación generalmente es el cuerpo el que somatiza y muestra el paradigma más caduco, para que lo modifiquemos, lo sanemos, interioricemos y obtengamos nuevas respuestas, nuevas opciones, nuevas vías, cambios verdaderos.
Antes de lanzarme de lleno a la rutina de julio el cuerpo me pide descanso nuevamente, me pide meditarlo bien, hacer mío el nuevo sentido, elegir el camino con convicción no sólo como un mientras tanto. Pero el EGO da batalla, se aferra a lo malo conocido, no quiere saber de nuevo por conocer, se pone sensible, se enfada, el EGO quiere seguir siendo igual, quiere que las cosas cambien pero no quiere cambiar.
Con apoyo y nuevos personajes logramos salir de la pausa. Hemos mirado al interior y encontramos infección y dolor, misma que con antisépticos y respiración va cediendo.
IMAGEN: N.P.I.
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