Hablar con hechos me permite experimentar con el poder creativo, materializar ideas y discursos, pasar a la acción y con ello entregarme, compartirme de una manera más sustancial, más cercana, menos barroca, más real y objetiva, aunque suene contradictorio: hacer magia.
Para mí “lo crees, lo creas”, es una expresión que suena mucho a cliché pero sigue siendo correcta. Toda lo imaginado en el pasado se convierte en la realidad palpable del presente. El secreto, considero, es en dónde estás poniendo tu atención, cómo haces servir la memoria, qué tanto involucras a la imaginación, a la razón y a la intuición. Después de todo esto se trata también de como materializas tu discurso y tus acciones a partir de un discernimiento siempre congruente con tu principio y fundamento, es decir, con esa idea que has elegido por la cual, como dijo Kierkegaard, vale la pena vivir y morir.
Una lección importante ha sido entender que no sólo se trata de “lo crees, lo creas” sino más bien: “lo crees, te ocupas, chambeas, te lo curras, trabajas, o como elijas decirlo, y es así como lo creas”
No he dejado de creer en la magia, porque este año he visto actuar de manera maravillosa a todos los poderes que me otorga ser un ser humano en estos tiempos. No soy mejor que ninguno y soy tan especial como cualquiera, pero debo reconocer que al recuperar la responsabilidad de mi existencia he visto obrar milagros inexplicables y situaciones enriquecedoras y maravillosas: Magia Pura.
Lo mismo ocurre en sentido contrario, cuando he empeñado mi voluntad y me he dejado llevar por la marea del Ego y me victimizo por las circunstancias, también he visto y sentido el abandono de estos poderes, me doy cuenta como son sustituidos por una sombra que oculta los talentos y estanca un poco las maravillas, en ambos casos de trata de la manifestación de una indesviable justicia, es decir, todo el tiempo recibo lo que doy y merezco, aunque en ocasiones tardo un poco en entender la causa y la consecuencia.
Cuando he dudado de mí, provoco un terremoto y tiembla toda la estructura, se reacomodan los templos y debo surgir de los escombros, cada vez un poco más inmune o al menos eso espero, hoy entiendo que yo soy el origen de mis realidades en las que muero y renazco cíclicamente. Sin embargo llega un momento en el que esto suena tan repetitivo que podemos llegar a aburrirnos, a la vez estoy consciente de que estos 16 años de cuestionamientos eran necesarios para que ahora se planeara mejor lo que está por venir para la temporada que pronto inicia, así que vamos a ello.
Otro DiViNO aleccionamiento de esta nueva etapa en Barcelona se centra en el talento para gestionar expectativas. Ya había recibido pistas en temporadas anteriores y me costó venir al país de origen de la fuente para terminar de entenderlo. Todo se concentra en una sencilla sentencia que escucho mucho por acá: “Es lo que hay”. He capitalizado esta frase y me ha resultado muy rentable durante los últimos 12 meses.
En una entrevista Fernado Trias de Bes, admirado catalán y gran descubrimiento de esta temporada que se termina, dijo: “La satisfacción (…) es contraponer la expectativa con lo que realmente ocurre (...) la puedes gestionar de dos maneras, dando mucho o gestionando muy bien las expectativas “.
Así es como la frase “Es lo que hay”, se convierte en un sopapo directo al Ego insasiable, a la ansiedad por el futuro y a la sobervia que nunca está conforme, además apoya a la mente a aterrizar en la realidad del tiempo presente para su disfrute, atención plena, pero sobre todo para agradecer lo que realmente se tiene y se ha logrado.
No ha sido fácil y he encontrado necesario apoyarme en la meditación, una dosis de disciplina, así como la repetición constante de estas palabras: Lo Siento, Perdóname, Te Amo y Gracias. He tenido que sumar organización, trabajo, ejercicio y colaboración con los mejores aliados con los que me ha tocado coincidir. Así he podido dar el primer paso y he logrado enfocar mi atención a lo que realmente me interesa. Es por ello que el primer poder ha dado cabida a la magia y al Mago, que con las herramientas adecuadas puestas sobre la mesa se dispone a iniciar la construcción de algo diferente no sólo para mi si no para las realidades que me rodean.
Se trata, en conclusión, de continuar con mi transformación en la temporada siguiente y seguir aumentando esa confianza en lo que YO SOY. Atender de manera urgente el valor y reputación que puede tener mi marca personal, así como reconocer que todo lo que fue y será está aquí, ahora: “Es lo que hay”. Así que con un poco menos de miedo y culpa seguimos adelante hablando con hechos y en consciencia plena, pues la Gran Sacerdotisa y la temporada 33 nos esperan.
No hay comentarios:
Publicar un comentario